Stratasys fue recientemente perfilada por CNN como una de las compañías más influyentes en el espacio de la impresión 3D, y tuve el placer de hablar sobre cómo nuestra tecnología está revolucionando los procesos tradicionales en la fabricación.
Basándonos en mis años de experiencia en tecnología de fabricación, discutimos cómo la impresión 3D nos está alejando de un proceso de producción centralizado en el que las piezas se crean lejos de donde se ensamblan o finalmente se empacan para los usuarios finales, y lo que esto significa para las empresas y los consumidores.
La conversación me dejó pensando en lo que podemos esperar ver con la impresión y fabricación 3D en el futuro, especialmente teniendo en cuenta cómo cada vez más empresas están adoptando esta tecnología.
Creo que debido a la adopción a gran escala de la impresión 3D, la fabricación se verá totalmente diferente en unos pocos años a partir de ahora. Veremos una forma de manufactura verdaderamente optimizada, con mucho menos desperdicio, una producción más rápida desde el diseño hasta el producto final, y más, en una amplia gama de industrias.
La impresión 3D continuará impulsando cambios positivos, como plazos minimizados en todo el proceso de producción y un impacto ambiental reducido en toda la industria manufacturera. Gracias a que las piezas y los productos se fabrican más cerca de casa, también veremos una racionalización significativa de la logística.
El éxito de Stratasys proviene de escuchar a nuestros clientes y crear soluciones que satisfagan sus requisitos para este espacio en constante evolución. Hemos creado nuevos materiales que cumplen con los estándares de seguridad, incendio y toxicidad. Ayudamos a nuestros clientes a integrar el concepto de Mindful Manufacturing™ en sus prácticas comerciales y a aprovechar nuestra tecnología para reducir su impacto ambiental y avanzar hacia el logro de sus objetivos de sostenibilidad.
A medida que Stratasys continúa liderando la revolución de la impresión 3D, así es como predigo que evolucionará el espacio de la manufactura.
La impresión 3D ha servido como la manera perfecta para que los fabricantes creen prototipos funcionales que modelen cambios o mejoras en los productos. Teniendo la parte física en la mano, las empresas utilizan la impresión 3D como un medio para hacer modelos funcionales, que luego se fabrican a escala.
Pero ahora, la tecnología ha evolucionado hasta el punto en que ya no solo estamos imprimiendo piezas que demuestran lo que un componente en particular puede hacer: en realidad, estamos fabricando componentes utilizables, piezas de uso final, de una manera más fácil, simple y rápida que nunca.
La impresión 3D significa que los cambios en el diseño o las mejoras pueden pasar del concepto a la fábrica rápidamente, en lugar de necesitar meses y un proceso minuciosamente largo para llegar a buen término. Los diseñadores y fabricantes industriales tienen el poder de experimentar, ajustar y afinar sus productos con facilidad.
Los fabricantes ahora pueden responder a las cambiantes realidades del mercado con una flexibilidad y agilidad increíbles, ya que ya no están empantanados por un arduo proceso cuando se trata de ajustar la producción. Si un nuevo desarrollo tecnológico requiere que los fabricantes necesiten realizar cambios en sus componentes, ahora pueden acortar drásticamente el tiempo que lleva implementar esos ajustes.
La importancia del hecho de que las piezas 3D ya no son solo modelos no puede ser exagerada. Son componentes de funcionamiento completo que se pueden crear y desplegar rápidamente a escala. Esto marca un cambio importante en la industria y señala una nueva forma de manufactura, que beneficia tanto a las empresas como a los clientes.
A lo largo de mis años en el espacio, los fabricantes han seguido un modelo claro para hacer las cosas. En la manufactura tradicional, se crean millones de piezas a la vez: la actitud es esencialmente que cuanto más grande sea el lote, mejor.
Esto es genial cuando hay una necesidad de suministrar cantidades masivas de una pieza o producto, pero en otras ocasiones, hay grandes desventajas para esta práctica.
Los estándares regulatorios y legales en todas las industrias están en constante evolución, la tecnología se está desarrollando a una velocidad vertiginosa y la demanda de los consumidores de un producto específico puede aumentar o caer de manera impredecible dependiendo del día. Todos estos factores hacen que mantener una gran cantidad de inventario a mano sea un riesgo grave para las empresas.
Los fabricantes pueden terminar con grandes cantidades de piezas en los almacenes, ya sea porque están desactualizadas o simplemente ya no tienen demanda, debido a las fluctuaciones naturales del mercado.
Imagine las pérdidas derivadas de millones, o incluso miles de millones, de dólares en ventas que ya no pueden concretarse debido a que un producto es obsoleto, materiales desperdiciados utilizados para fabricar los bienes, más los costos de mantener el espacio para almacenar estos productos no deseados.
La impresión 3D ayuda a reducir drásticamente estos escenarios para los fabricantes. Debido a que la impresión 3D permite la producción de lotes más pequeños y bajo demanda, los fabricantes están libres de los riesgos de mantener millones de piezas en inventario y todos los problemas financieros y logísticos que conlleva la producción a gran escala.
En los últimos años, la impresión 3D ha evolucionado de crear piezas que se parecen a las reales a producir piezas reales de uso final que pueden ir directamente de la impresora al usuario... a escala.
Piense en las impresoras 3D como las nuevas líneas de ensamblaje, excepto que no están en fábricas aisladas lejos de las empresas o personas que realmente necesitan los productos. Tanto desde la perspectiva de la sostenibilidad como de la conveniencia del cliente, se trata de un avance radical.
En lugar de enviar 100.000 componentes a todo el país en camiones muy cargados, produciendo emisiones masivas de GEI, esas mismas piezas se pueden crear en centros de manufactura que están convenientemente ubicados cerca de dónde se utilizarán los artículos que fabrican. Porque las piezas ahora se pueden fabricar más cerca que nunca de dónde finalmente se ensamblarán o distribuirán a los usuarios finales, ahorrando costos tanto para los fabricantes como para las personas que compran los productos.
Es posible que no se necesite tanto el transporte de larga distancia que emite en gran medida desde las fábricas hasta los centros de ensamblaje o los estantes de las tiendas minoristas. Los fabricantes pueden reducir su consumo de energía y huellas de carbono, así como reducir los residuos materiales e industriales, y por eso, podrían hacer que la industria sea más rentable y eficiente en recursos.
Más allá de la sostenibilidad, esto también es una gran ventaja para los fabricantes que todavía se están recuperando de las interrupciones masivas de la cadena de suministro de la era pandémica. Pueden disfrutar de la tranquilidad de saber que los componentes críticos no se están haciendo a un océano de distancia, evitando los devastadores retrasos en el envío que llevaron a miles de empresas globales a un virtual punto muerto en los últimos años.
Está claro que la impresión 3D es muy prometedora para todos nosotros, ya seamos fabricantes o los clientes que compran sus productos. La creación de piezas escalables, locales y bajo demanda ya está haciendo que la fabricación sea más sostenible, asequible y eficiente.
Nuestra misión en Stratasys es continuar liderando la industria hacia una fabricación mejor y más inteligente. Lo hacemos apoyando a nuestros talentosos equipos de investigación y desarrollo, que están constantemente impulsando para desarrollar y refinar soluciones de impresión 3D que transforman la forma en que se produce la fabricación.
Definimos el éxito como tener un impacto positivo, y eso significa varias cosas para nosotros: fortalecer los ingresos y reducir los costos para nuestros clientes, la conveniencia y los productos más asequibles para los usuarios finales, y fomentar prácticas más sostenibles para crear un futuro en el que las generaciones venideras puedan prosperar.
