La globalización actual del mercado ha hecho surgir diversos retos para las marcas de productos de consumo. Los productos que antes no cambiaban visiblemente en varios años pueden estar ahora sometidos a una evolución constante. El continuo desarrollo del diseño de productos puede suponer un gasto de tiempo y dinero para las empresas, debido al ámbito y los procesos que implica. De ahí que la división italiana de Unilever, gigante internacional de bienes de consumo, invirtiera en impresión 3D para crear moldes por inyección, moldes de soplado y moldes de termomoldeo (vacío) para acelerar el desarrollo de prototipos y piezas sin necesidad de herramientas convencionales.